Abran paso a la imaginación…
La Fundación Cuatrogatos comparte 23 posibles inicios de cuentos para niños, que son otras tantas puertas abiertas a la fantasía y la creatividad.
Agradecemos a los destacados autores que desde Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, México, Perú, Uruguay, Venezuela y Puerto Rico dieron su apoyo a nuestro proyecto y nos enviaron estos inicios de cuentos que son invitaciones a leer, a escribir y a soñar. También al excelente ilustrador ecuatoriano Roger Ycaza por permitirnos utilizar su obra “Navegando entre libros” para encabezar el conjunto de ficciones.
Nos gustaría que padres, maestros, bibliotecarios y todas aquellas personas que actúan como mediadores entre los niños y los libros compartieran con ellos estos comienzos y los invitaran a completar algunas de las historias que sugieren.
23 escritores, 23 semillas de cuentos
“Se despertó en una cama que no era la suya, en una habitación que no era la misma en donde se había acostado por la noche. Y era la hora de salir para la escuela”.
Marina Colasanti, desde Brasil.
“Levantó la mirada y lo vio. Estaba recostado en el quicio de la puerta con los brazos cruzados y las alas en reposo…”.
Gloria Cecilia Díaz, desde Francia.
“Cuando cayeron los primeros copos de nieve, todos los niños abandonamos el aula y salimos al patio. Entre tanta alegría, nadie podía sospechar que aquél era el inicio de la Gran Plaga”.
Agustín Fernández Paz, desde España.
“Un buen día Emilio despertó y sintió un extraño picor en las piernas. Cuando levantó las
sábanas para ver qué era, gigante fue su sorpresa al ver que no tenía piernas, sino un medio cuerpo de delfín, lustroso y brillante, sin una escama. Elegante al extremo. Y resecándose también, por eso le picaba. ¿Y ahora?, se preguntó Emilio. ¿Cómo iría a la escuela? Todavía más, ¿cómo haría para ir hasta el baño?”.
Federico Ivanier, desde Uruguay.
“Marco Rodrigo León guardaba muchas camisetas en su ropero; como muchos niños de su edad atesoraba alguna roja, otra azul con la figura del Hombre Araña plasmada sobre el pecho y por cierto había una blanca que cada vez que se la ponía apenas le cubría el ombligo y le recordaba cuánto había crecido. Pero entre todas ellas, había una camiseta que le gustaba más que ninguna otra pues tenía un vibrante, escandaloso y llamativo color rosa”.
Carlos Rubio, desde Costa Rica.
“La señora de la Media Luna se asomó a su ventana ovalada y miró primero el cielo, lleno de estrellas, y luego observó lo que estaba sucediendo a los pies de la montaña. Se colocó su manto morado con bordes de plata y suspiró. Ya era hora de salir…”
Iliana Prieto, desde Estados Unidos.
“Siempre había pensado que ir sobre un elefante sería cosa fácil. Como son tan grandes… Además, en las películas y la tele las personas que los montan van como si nada. Pero no era sencillo, no. Con cada paso, se balanceaba de un lado a otro y no había muchos asideros. Las orejas, esas enormes orejas, pasaban cerca de sus manos, pero luego se alejaban con el ritmo de la caminata. Y no quería ver hacia abajo, porque le parecía que el suelo estaba a kilómetros de distancia”.
Verónica Murguía, desde México.
“La encontré en la orilla una mañana.
Había pasado muchos años en el mar”.
Margarita Engle, desde Estados Unidos.
“Noel no entendía el teorema de Pitágoras, la ley de la gravedad, el milagro de la
transubstanciación ni por qué diablos en su casa no había espejos”.
Rubén Silva, desde Perú.
“Hace mucho y muy lejos, al fondo del tiempo, vivió el Príncipe Sueño. Nació en un castillo
cubierto de hiedra, perdido en un bosque llamado Leyenda…”.
María García Esperón, desde México.
“La culpa la tuvo el reloj por atrasarse media hora. Hortensia no podía entender que después de tantos preparativos, nada saliera como lo había planeado”.
Irene Vasco, desde Colombia.
“Esa mañana Sigfrido descubrió con horror que ya no podía traspasar las paredes, que tampoco podía volar y que, como cereza del pastel, se reflejaba en el polvoso espejo de su cuarto en la vieja torre. Aún no sabía qué pensar cuando escuchó pasos aproximándose en la escalinata”.
Toño Malpica, desde México.
“Nunca le temí a la oscuridad, pero esa noche supe lo que era tener miedo de verdad verdad”.
Mireya Tabuas, desde Venezuela.
“Érase antes de antes; tanto tiempo hace ya; sucedió que una niña, que se llamaba Cocolisa, despertó sintiéndose muy extraña.
Se dio cuenta, enseguida, que había encogido. Era tan pequeña como un botón. Sin embargo, todo lo que había encogido, lo había ganado en fuerza.
Cocolisa, de repente, tenía el tamaño de un botón, pero la fuerza de cien gigantes”.
Mar Benegas, desde España.
“Su mayor placer consistía en trepar el árbol y sentarse en su rama más alta, allí donde era posible contemplar el mar y las gaviotas. Había construido una pequeña atalaya que era su refugio para estar a solas. A veces llevaba un libro para perderse en sus páginas y dejarse llevar por sus mundos distantes. Allá a lo lejos un barco zarpaba de la pequeña bahía. Una de esas tardes de viento norte que presagiaba temporal…”.
Manuel Peña Muñoz, desde Chile.
“Víctor se mordió las uñas, un poco nervioso. A su lado, DF-1317 estaba inmóvil. Nada más el brillo blanco de sus ojos de cristal demostraba que estaba atento. Víctor se había prometido no llamar a papá, aunque de la caverna que vigilaban salían rugidos apagados que, poco a poco, iban acercándose…”.
Alberto Pocasangre, desde El Salvador.
“Pensando que era
común y corriente,
cruzando las patas
y caridoliente,
así me quejaba
de mi mala suerte:
¡Ay cuánto daría
por ser diferente!”.
Georgina Lázaro, desde Puerto Rico.
“A través de la abertura, como una ventana angosta en el muro, había visto llover días y días, semanas, meses… No estaba segura. El ruido de la lluvia la había adormecido y ya no tenía noción exacta del tiempo. ¿Sería lunes o domingo? Volvió a mirar los charcos y se entristeció con la imagen de la ciudad en ruinas. Ni un solo árbol en pie, ni pájaros, ni jaulas de madera torneada, ni toldos de colores, ni palacios con cúpulas de cristal. Nada, solo el viento, como un niño solitario, jugando entre las columnas y los arcos. Cerró los ojos. Lo pensó por unos minutos y finalmente extendió el brazo por la grieta en el muro. Cerró los ojos y se juró que no los abriría más, pasara lo que pasara, durante el largo viaje”.
Eddy Díaz Souza, desde Estados Unidos.
“Lo primero que llamó la atención de Tomás, el zoólogo encargado de recibir a los animales, fue esa mirada tan inteligente en el rostro del chimpancé. Algo le hizo pensar que era diferente a los demás”.
Paula Bombara, desde Argentina.
“Mi abuela bostezó una vez, yo dos, y de pronto ¡desapareció! Más tarde la encontré en un planeta lejano, dorándose a la luz de sus cinco soles. No sé si era su sueño o el mío”.
Leonor Bravo, desde Ecuador.
“Natalia bajó de la góndola de un brinco y siguió su camino de lo más contenta saltando sobre las líneas dibujadas en las aceras. Entró a su casa, dejó la mochila en su dormitorio y se sentó a almorzar. Inmediatamente después de terminar el último bocado…”.
Isabel Mesa, desde Bolivia.
“Había nacido en un pueblo de la pampa argentina la pequeña cocinera, y tenía una hermana enamorada de un pastor evangélico. Cierto día, el pastor llevó a la hermana al otro lado del mar, a vivir en las inmediaciones de la ciudad de Ulm, y a visitar a aquella hermana, viajó la niña, delgada como un junco y leve como un suspiro, la que iba a enamorar con sus comidas al señor de Ulm…”.
María Teresa Andruetto, desde Argentina.
“Necesito contarles una cosa: yo nací de una semilla”.
Yolanda Reyes, desde Colombia.
Sobre los autores:
María Teresa Andruetto. Narradora y poeta argentina. Premio Andersen por el conjunto de su obra. Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil por el conjunto de su obra. Autora de libros como La niña, el corazón y la casa (Premio Fundación Cuatrogatos), Veladuras, Stefano y El anillo encantado.
Mar Benegas. Poeta y narradora española. Ha publicado libros como Abecedario del cuerpo imaginado, A lo bestia, No es fácil vivir con un tigre y 44 poemas para leer con niños.
Paula Bombara. Narradora argentina. Autora de libros como El mar y la serpiente, Eleodoro, La cuarta pata, Sólo tres segundos y Una casa de secretos (Premio El Barco de Vapor Argentina).
Leonor Bravo. Narradora ecuatoriana. Autora de libros como El Canto de Fuego, ¡Mutante!, Un deseo es un deseo, El secreto de los colibríes y Encuentros inquietantes.
Marina Colasanti. Narradora, poeta, ensayista y traductora brasileña. Autora de libros como Lejos como mi querer (Premio Latinoamericano Norma-Fundalectura), 23 historias de un viajero, Entre la espada y la rosa y Una idea toda azul.
Gloria Cecilia Díaz. Narradora y poeta colombiana radicada en París. Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil por el conjunto de su obra. Autora de El valle de los Cocuyos (Premio El Barco de Vapor), El sol de los venados y Óyeme con los ojos, entre otros títulos.
Eddy Díaz Souza. Narrador y dramaturgo cubano. Autor de Cuentos de brujas (Premio La Edad de Oro), Bernardino Soñador y su cafetera mágica (Premio Fundarte) y El príncipe y el mar, entre otras obras.
Margarita Engle. Narradora y poeta estadounidense. Autora de novelas en verso como The Surrender Tree / El árbol de la rendición (mención de honor Medalla Newbery, Medalla Pura Belpré), The Poet Slave of Cuba (Medalla Pura Belpré), Tropical Secrets, Hurricane Dancers y The Firefly Letters.
Agustín Fernández Paz. Narrador y educador español. Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil por el conjunto de su obra. Autor de libros como Cuentos por palabras (Premio Lazarillo), Aire negro, Lo único que queda es el amor (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de España) y Fantasmas de luz.
María García Esperón. Narradora y poeta mexicana. Autora de Querida Alejandría (Premio Norma- Fundalectura), El disco del tiempo (Premio El Barco de Vapor México), Tigres de la otra noche (Premio Hispanoamericano de Poesía para niños) y El anillo de César.
Federico Ivanier. Narrador y guionista de cine uruguayo. Autor de libros como Los viajes del capitán Tortilla, El colegio de los chicos perfectos, El bosque y Nico Loppez.
Georgina Lázaro. Poeta y narradora puertorriqueña. Autora de El flamboyán amarillo, ¡Ya llegan los Reyes Magos!, Leyendas del Viejo San Juan, Paseando junto a ella y El mejor es mi papá, entre otras obras.
Toño Malpica. Narrador y dramaturgo mexicano. Autor de libros como Margot: La pequeña, pequeña historia de una casa en Alfa Centauri (Premio Latinoamericano Norma), Ulises 2300 (Premio Gran Angular México), Diario de guerra del Coronel Mejía (Premio El Barco de Vapor México) y Soldados en la lluvia (Premio Fundación Cuatrogatos).
Isabel Mesa. Narradora e investigadora literaria boliviana. Autora de libros como La pluma de Miguel (Premio Enka), La portada mágica, Trapizonda: un video juego para leer y La esfera de cristal.
Verónica Murguía. Narradora mexicana. Autora de libros como Loba (Premio Gran Angular, Premio Fundación Cuatrogatos), Auliya, El fuego verde y Ladridos y conjuros.
Manuel Peña Muñoz. Narrador e investigador literario chileno. Autor de libros para niños y
jóvenes como Mágico Sur (Premio Gran Angular), El collar de perlas negras y María Carlota y Millaqueo, y de los estudios Historia de la literatura infantil en
América Latina y Folklore infantil en la educación.
Alberto Pocasangre. Narrador y educador salvadoreño. Autor de El hombre de los mil relojes, Kauki y el devorador de insectos y Donde nacen las sirenas (Premio Concurso Centroamericano de Literatura Infantil ¡Libros para Niños!).
Iliana Prieto. Narradora y dramaturga cubana. Autora de La princesa del retrato y el dragón-rey, Querido diario (Premio Nacional Ismaelillo), La magia del amor y Juicio a tres brujas, entre otros libros.
Yolanda Reyes. Narradora y ensayista colombiana. Autora de las obras de narrativa El terror de sexto B (Noveles Talentos Fundalectura), Los agujeros negros, Los años terribles y María de los Dinosaurios, y del ensayo La casa imaginaria. Lectura y literatura en la primera infancia.
Carlos Rubio. Narrador y profesor universitario costarricense. Ha publicado, entre otros
libros, Queremos jugar, Pedro y el teatrino maravilloso (Premio Carmen Lyra), La mujer que se sabía todos los cuentos y Papá es un campeón.
Rubén Silva. Narrador, poeta, traductor y editor peruano. Autor de la novela para niños Los miedos de Joaquín.
Mireya Tabuas. Narradora y periodista venezolana. Autora, entre otros libros, de Cuentos para leer a escondidas, Gato encerrado, Cuentos prohibidos por la abuela y La mano de mamá.
Irene Vasco. Narradora colombiana. Autora de libros como Conjuros y sortilegios (Los mejores Libros Infantiles del Banco del Libro), Como todos los días, Paso a paso, Jero Carapálida y el guardián de las cosas perdidas y Mambrú perdió la guerra.
Donde puedo encontrar impresos estos 23 nicios de cuentos! Y el material que ustedes hacen?
Es una linda invitación, a seguir creando y leyendo. Soy promotora de lectura. Ojalá nos inviten a participar el año entrante. Felicidades.
Ante todo mis más sinceras FELICITACIONES por todo lo que hacen por una buena literatura para niños. Me parece excelente y creative la idea, tengame en cuenta para el proximo año
Muy lindo lo que hacen por los niños….. soy docente por vocación y sé que el niño de escuela primaria disfruta de la literatura infantil. E
staré en contacto con toda actividad que realicen.
23 invitaciones a crear. Sencillamente maravilloso. Gracias por esta bella página.
Son todos diferentes y originales,gracias a los autores por dejarnos compartir su imaginacion y dejar volar la nuestra .
Son inicios de Intriga ,amor y ternura,como finalizaran…esa es la clave..
Me encanta la idea,dejamos compartimos el enlace y la idea en nuestro facebook.
Fantástica y sugerente iniciativa. Comparto ¡y me apunto para el año próximo! 😉
Fantástica y sugerente idea. La comparto. ¡Y me apunto para el año próximo! 😉
Abrazos de letras.
Una idea maravillosa. Lo comparto en mi Twitter.
Excelente !! Felicitaciones!
Soy docente de Nivel Inicial, he observado a través de mis años de docente que a los niños les gusta mucho los inicio donde en cuentista comienza el cuento con ” Había una vez…”, “Erase una vez un día…”, ” hace mucho, pero mucho tiempo” etc., es como que de pronto se ponen alerta y predispuestos a escuchar la narración.
Tal estos inicios sirvan para trabajar con niños más grandes de edad.
Encontré esta publicación por casualidad y la idea me parece algo maravilloso pues deja abierta la imaginación para volar hacia cualquier destino por loco que parezca. Soy escritora y voy a transmitir esto a mis colegas y a docentes conocidos para que lo pongan en práctica.
Gracias, Cuatrogatos, por hacernos soñar a todos tanto y tan bien.
Con un abrazo grande desde México
Excelente idea!!! Palabras de inicio que susurran “lee, sigue leyendo, esto recién comienza…” Feliz día del libro!!!
Gracias, Patricia.
Geniales la idea y los comienzos. Gracias muchísimas. Copio y comparto.
Gracias por tu valoración y por compartir, Paula.
Que lindo encontrar el ‘incipit’ de unos amigos queridos, que valoro muchisimo por su trayectoria profesional , su extraordinaria entrega a la LIJ y su tan amable personalidad (Leonor Bravo, Ruben Silva, Irene Vasco: enhorabuena!)
Gracias, Anna.