Habí­a otra vez. Historias de siempre vueltas a contar

Habí­a otra vez. Historias de siempre vueltas a contar. Sergio Andricaí­n

En La Habana de 1946, salió de la imprenta Cultural S.A. el libro Habí­a una vez, con recreaciones de cuentos populares infantiles hispanoamericanos firmadas por los educadores Ruth Robés, cubana, y Herminio Almendros, republicano español radicado en Cuba durante los años de la Guerra Civil. Cuando se conversa en Miami con alguien de Cuba sobre sus lecturas infantiles, es casi seguro que ese tí­tulo salga a relucir y que lo recuerde con algo parecido a la veneración. Como una suerte de homenaje a ese clásico de las letras para la infancia de su paí­s, el escritor e investigador lierario cubano Sergio Andricaí­n concibió el volumen Habí­a otra vez. Historias de siempre vueltas a contar, publicado por el sello Alfaguara, en Colombia, como parte de la colección Nidos para la lectura. 

El libro, para no darle innecesarias vueltas al asunto, es precioso. Un regalo para los sentidos, resultado del trabajo de un equipo de profesionales de alto rigor, en el que se destacan Yolanda Reyes, como directora de la colección; la excelente diseñadora gráfica Camila Cesarino y la editora Ana Marí­a González.

Las lí­mpidas y divertidas reescrituras y versiones que hace Andricaí­n de estas ficciones provenientes de la tradición oral de Iberoamérica y Europa están destinadas a esa franja de lectores que ya son capaces de adentrarse solos en la lectura de un relato sencillo, pero que se enriquecerán mucho más con el acompañamiento de un adulto que les inspire seguridad y los auxilie para vencer los lógicos escollos con los que tropiezan los lectores primerizos. La selección de los cuentos va aumentando en complejidad de vocabulario y estructura a medida que el libro avanza, con el deseo de que el niño crezca simultáneamente como lector autónomo. De "El prí­ncipe Mazapán" a "La remolacha gigante", de "La viejecita y el chivo" a "Los duendes zapateros". Una antologí­a de relatos con un encanto inmarcecible, pródigos en retahí­las, asonancias y rimas, en los que no faltan la temible bruja con una bandada de gansos ladrones de niños a su servicio ni la princesa malcriada que se burla de todos sus pretendientes y que finalmente recibe su escarmiento.

El concepto visual y la maquetación evocan, con poética y delicada nostalgia, aquellos inolvidables libros de cuentos de antaño, con capitulares, portadillas al inicio de cada historia y gran riqueza de viñetas y colores pasteles, como desleí­dos por el paso del tiempo y de muchos ojos sobre ellos. El trabajo de la joven ilustradora Catalina Acelas, colombiana radicada en Barcelona, es magní­fico, no solo por el dinamismo de sus composiciones, el manejo de las perspectivas y la estupenda caracterización de los personajes humanos y animales, sino también por su ingeniosa propuesta de ir incorporando en las imágenes concebidas para las diferentes historias elementos provenientes de otras.

No resisto, antes de concluir, la tentación de reproducir las palabras de Yolandas Reyes en el prólogo, que subrayan la importancia de proyectos editoriales de este tipo: -Sergio Andricaí­n recogió siete historias provenientes de la tradición oral y, a través de un diálogo con diversas versiones y fuentes literarias, les imprimió su voz. Así­ regresan, desde el folclor europeo, los relatos y los juegos de palabras que son parte del legado de todas las infancias, recreados por la ilustradora colombiana Catalina Acelas, para enriquecer el universo simbólico y lingüí­stico de las nuevas generaciones". 

Habí­a otra vez. Historias de siempre vueltas a contar es una propuesta exquisita, que brilla de manera especial dentro de una colección conformada por tí­tulos de notable calidad textual y gráfica. Una obra llamada a perdurar y que, sin duda alguna, tendrá una entusiasta acogida en hogares, escuelas y bibliotecas.

Javier Gómez