• Traducción de Esther Bení­tez. Colección El libro de bolsillo. Madrid: Alianza Editorial

'Corazón' desde el corazón de un niño

Janina Pérez de la Iglesia

Llegó a casa de la mano de mi padre. Corazón. El único tí­tulo que pudo tener, entre miles. Vení­a dedicado particularmente a los niños, y solo por eso decidí­ otorgarle un lugar privilegiado en mi librero. Que fuese el diario de un escolar, terminó de seducirme.

Enrique es un niño caminando al filo de la inocencia que descubre el mundo con ojos de asombro. Lo malo, y lo bueno. Tristezas, maldades, la muerte. Pero también el valor de la amistad, la familia, el amor incondicional a la patria, a sus maestros. Un niño que hace lo que todos los niños: crecer. Y nos permite acompañarlo a través de las páginas de un diario, recreando el universo fantástico por el que transcurre su vida: la escuela.

Corazón refleja el tránsito difí­cil y maravilloso hacia la adolescencia. Un grupo de clases con estudiantes presumidos como Carlos Nobis, o Derossi, a quién todos admiran, o Nelli, convertido en el hazmerreí­r de la escuela, o Garrone, que lo protege de las burlas. Niños que, como Enrique, intentan ocupar su lugar en medio de las normas sociales de los adultos.

Edmondo de Amicis escribió la obra en el 1886, en una Italia convulsa y dividida. Desde que viera la luz, hasta ahora, han transcurrido más de cien años. A pesar del tiempo, Corazón es un libro que remueve sentimientos, un libro que obliga a soñar, un libro que obliga a pensar. En una época donde los niños aún mueren de hambre, o de guerras, o de indolencia, las historias del tamborcito sardo, el vigí­a lombardo o el pequeño escribiente florentino, relatadas en la obra, conservan su riqueza.

Corazón es un libro para conservar, para volver a leer ya de adultos. En cada nueva lectura, en cada vuelta de hoja, descubrimos otros significados, diferentes perspectivas de esta obra magní­fica. Corazón es también un libro para regalar, para ofrecer, para compartir. Es un libro que debe llegar a casa de la mano de un padre, o llegar a la escuela de la mano de un maestro. Una lectura ágil y comprometida. Con lenguaje sencillo, fresco, comprensible, Edmondo de Amicis crea este mundo de mundos, entrelazando las piezas de un puzzle. Advertimos, Corazón arranca lágrimas, pero no lágrimas huecas porque se desprenden de la bondad, de la pureza.

Pasaron los años y he partido muchas veces, pero él me acompaña porque tiene su espacio único en cada maleta. Corazón es un libro de siempre porque fue concebido desde el corazón de un hombre, pero escrito con el corazón de un niño.