• El autor e ilustrador colombiano Ivar Da Coll comparte diez de sus libros favoritos

Diez impactos

Ivar Da Coll

Es difí­cil pensar que existan sOlo diez libros, poemas o cuentos, que en uno hayan causado gran impacto. Sobre todo, y en mi caso particular, en el que reconozco me hace falta leer muchí­simos más. Pero haciendo un recuento podrí­a decir que esta lista es la más próxima a lo que hasta este momento de mi vida me ha logrado impresionar profundamente, quizá porque en varios de ellos está descrita de una manera bella e intensa la mezquindad y estupidez de nosotros los seres humanos.

Las brujas, de Roald Dahl
Podrí­a asegurar, sin temor a equivocarme, que Dahl escribió esta historia luego de haber asistido a uno de esos famosos congresos de literatura infantil. También estoy seguro de que juró no volver a ninguno; y qué mejor manera de exorcizar una pesadilla sino relatándola magistralmente con esta divertida aunque perversa novelita.

La maravillosa medicina de Jorge, de Roald Dahl
Serí­amos falsos al negar que alguna vez no se nos haya cruzado por la mente querer desaparecer a alguna persona que sea extremadamente odiosa y que nos haya hecho la vida imposible. Jorge, el héroe de este libro logra ése propósito y lo hace de una manera en la que es innevitable parar de reir a carcajadas. Este es uno de mis libros super favoritos pues reir es una de las cosas que mas me gusta hacer en la vida.

Boy, de Roald Dahl
Sólo alguien tan inteligente como Dahl pudo ser capaz de escribir una autobiografí­a así­ de divertida. Con situaciones tan desagradables como las que tuvo que vivir en su infancia, otro escritor habrí­a hecho un libro lastimero y bastante aburridor.

Alicia en el paí­s de las maravillas, de Lewis Carrol
Alicia es uno de esos casos excepcionales dentro de la historia de la literatura que logra definir un término que muchos intelectuales han tratado de concretar: originalidad. Alicia es original. Nada sobra ni falta en esta pesadilla horrenda de movimiento acelerado y excitante. Mucho se ha dicho acerca de la simbologí­a de Alicia y creo que lo más acertado es definirla como una hermosa metáfora llena de poesí­a y autentica imaginación sobre el horror del cambio de una vida infantil hacia una vida adulta. Llega a ser tan original este libro que ni siquiera ha permitido otras versiones medianamente decentes de ilustración, que no sean las hechas por John Tenniel.

Momo, de Michael Ende
Tenia dieciseis años cuando leí­ este libro. Me impresionaba esta heroina sola y aparecida quien sabe de dónde, obligada a enfrentar situaciones difí­ciles. Ende logró escribir una historia divertida y le dio solidez a esa palabra tan mal usada y manoseada hoy en dí­a por tantos y tantos escritores, crí­ticos y editores de literatura infantil: fantasí­a.

Historias de ratones, de Arnold Lobel
Otro de mis favoritos, pues me encantarí­a encontrarme un pozo de los deseos al que tratándolo con cariño me cumpliera todos mis caprichos, o tener la posibilidad de cambiarme de pies, o tener un amigo chiquito que viera las cosas que están en el piso y que mi estatura no me permite ver. En fin, me habrí­a gustado ser uno de esos ratones de Lobel pero sin dejar de escribir e ilustrar cuentos.

“Manuelita” (poema), en El reino del revés, de Marí­a Elena Walsh
Es trillado pero muy gráfico lo que pienso y siento cada vez que leo este poema de la maravillosa Walsh; el corazón se me arruga de emoción. Así­ pues, que me encantarí­a poder hablar con Manuelita, esa tortuga arrugada con traje de malaquita, para que me diera el nombre y la dirección de la “tintorerí­a de Parí­s" en dónde “la plancharon del revés, de la cabeza a los pies”. Me fascina la historia de esta pasión ingenua, persistente, que se desarrolla en tiempo de balada lenta, muy lenta aunque su autora sea irónica preguntándole a la tortuguita: "Manuelita, adónde vas, con tu traje de malaquita y tu paso tan audaz...”

Serie Sapo y Sepo, de Arnold Lobel
En estas historias se hace referencia a todos y cada uno de los componentes de la amistad de una manera sencilla y absolutamente profunda sin caer en lo cursi. Las situaciones escogidas por Lobel para sus cuentos nos son familiares, pero al ser tratadas por medio de estos dos excepcionales personajes ingenuos, leales y solidarios no podemos dejar de sentir mucha emoción. Lobel fue un gran escritor para niños porque pudo ver lo esencial de la vida desde una perspectiva adulta que luego nos mostró llena de auténtica sencillez infantil.

Angélica, de Lygia Bojunga Nunes
Estaba en Brasil, en Rí­o de Janeiro. Habí­a sido invitado a dictar un taller y el sitio en el que me hospedaron era desagradable. Tení­a una pequeña cocina y al abrir la alacena que estaba debajo del lavaplatos descubrí­ cientos de cucarachas. Al verme en tan mala compañí­a y sin poder hacer algo para dejar ese lugar, recurrí­ a Angélica, esta bella historia en la que volvemos a estar de acuerdo en aquello de que la cosa más importante del mundo es saber la verdad tal y como es. Después de ese viaje, entendí­ por qué algunas personas insisten en decir que “los libros pueden salvarnos”.

One Monday Morning, de Uri Shulevitz
La historia es sencilla, sin caer en lo simplón, y me atrevo a asegurar que no es esto lo que logra estremecer al afortunado lector. Al lado del texto hay unas ilustraciones llenas de literatura: vemos al pequeño héroe solitario desplazarse durante una semana completa en medio de una ciudad gigantesca e incluso hostil. Es sobrecogedor el dibujo de este niñito que nunca pierde la esperanza de encontrarse con "El Rey", que ha venido dí­a a dí­a a buscarlo pero no ha tenido la fortuna de encontrarlo. Hasta donde sé, aún no existe traducción al español de esta historia publicada en Estados Unidos por Scholastic, pero eso no es importante en este caso. Las ilustraciones del libro tienen muchí­simo que contar.

Texto puesto en línea en julio de 2000.