La vida sin Santi

La vida sin Santi. Andrea Maturana

La chilena Andrea Maturana narra una historia de pérdida, de cambios, de migración. Maia se muda de paí­s y tiene que despedirse de su querido Santi. No hay solución temporal porque las causas son ajenas al alcance de Maia y Santi, lo que termina con la aceptación.

El ilustrador Francisco Javier Olea no solo describe el texto de Andrea, sino que narra detalles que no son dichos con palabras, complementando la historia. Pormenores como la estrella marcada en el mundo que sostiene Santi, muestran dónde están ellos al inicio de la historia (en América del Sur). En la siguiente página, Maia sostiene al mundo y brilla una estrella donde está ella actualmente, en América del Norte.

La representación del vací­o, causado por la pérdida de Santi en la vida de Maia, aparece ilustrada de una manera ingeniosa; sin rigidez, pues el vací­o crece en momentos determinados y puede hasta crear sombra. Maia lidia con este vací­o de diferentes formas, lo ve como un monstruo e intenta llenarlo con nuevos amigos y amores. A veces siente que el vací­o la persigue.
Al final Maia concluye que Santi es irremplazable y que nunca lo perderá, siempre estará en su corazón, pero tiene que lidiar con su ausencia. La escritora termina el libro con una frase sublime para compartir con los pequeños lectores: -hay espacios que el tiempo no toca .

La opacidad de los colores escogidos por el ilustrador sumergen al lector en un ambiente de nostalgia pasiva, de aceptación y valentí­a. La migración es un tópico complejo para la realidad de los niños, pues puede ser doloroso encontrar respuestas exactas a sus preguntas comunes> ¿Cuándo voy a volver? ¿Allá tendré buenos amigos como aquí­?

Marí­a Rosana Mestre