Una habitación en Babel

Una habitación en Babel. Eliacer Cansino

La prosa de esta novela, ganadora del VI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil y, es tan ágil como atractiva. Eliacer Cansino ha escrito Una habitación en Babel con la misma fluidez del bolígrafo sobre la superficie plana. Se agradecen libros así, ricos en argumento y narrativamente fáciles, cosa que no pasa por azar, es notable que su autor lo concibió de esa forma. No por gusto obtuvo, además, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2010 en España.

Distopía para jóvenes y heredera de las mejores novelas de su género, Una habitación en Babel me recuerda los años felices en que leíamos, incluso en grupo, títulos como este, historias donde los héroes se parecían más a nosotros mismos, historias que podían ser las nuestras. La Torre, ese lugar estrambótico donde confluyen todos y todo, lo positivo y lo negativo, viene a ser el tipo de locación que aúna gente de varias latitudes. Las grandes ciudades del mundo hoy albergan su Torre y su habitación de Babel: por las ansias desmedidas, por la confusión que contienen.

Atravesada por la filosofía gracias a un profesor y a sus alumnos, y matizada con referencias a la Historia Universal, la novela es una respuesta a nuestras propias inquietudes como seres humanos. Más de una vez se preguntan sus personajes si están haciendo o no lo correcto, si están encontrando lo que buscaban o si realmente eso que encontraron fue lo que habían salido a buscar.

Filosófica desde el título, aprecié su fidelidad hacia lo diverso: los nombres, las escenas, los diálogos, el tiempo y el espacio. Sucesivas recurrencias a la religión me hicieron preguntarme cómo terminaría, y en efecto, al leer la última página tropecé con una manzana y una boca que la muerde.
Legna Rodrí­guez Iglesias